Un nuevo logro en el reconocimiento de los derechos del niño víctima

Un nuevo logro en el reconocimiento de los derechos del niño víctima

 Por Diego Freedman y Martiniano Terragni

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó la condena contra Fernando Picciochi por los delitos de abuso sexual cometidos en el Colegio Marianista de la Capital Federal en perjuicio de Sebastián Cuattromo. Más allá de la información que ha trascendido en diversos medios de comunicación, nos gustaría resaltar algunos aspectos del caso.

En primer lugar, debe destacarse que el patrocinio jurídico (gratuito) estuvo a cargo de docentes y estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, de la Comisión de Derecho Penal Juvenil. Esta Comisión fue creada hace más de una década a instancias de la Prof. Mary Beloff con el objetivo de promover un avance respecto a la aplicación de los estándares de protección de la infancia en el ámbito local y contó con el permanente apoyo de las autoridades del Departamento de Práctica Profesional.

El patrocinio jurídico en esta compleja causa estuvo, en un primer momento, a cargo del Dr. Martiniano Terragni; luego fue continuada por el Dr. Diego Freedman, quién llevó adelante la querella durante el juicio oral; y finalizó con la actuación del Dr. Waldo Grosso, docente a cargo de la Comisión en la actualidad, quién llevó adelante la etapa recursiva en la Cámara Nacional de Casación Penal y la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Más allá de las dificultades habituales que tiene toda investigación de los delitos de abuso sexual infantil, el caso tuvo la complicación adicional de formular y tramitar un pedido de extradición a los Estados Unidos de América, que fue resuelto favorablemente, dado que la persona imputada y luego condenada se había fugado durante la etapa de instrucción de la causa.

Asimismo, este caso se enmarca en un contexto de avance progresivo en el reconocimiento de los derechos de los niños y las niñas víctimas de delitos, tanto en el plano jurisprudencial como legislativo.

Basada la condena primordialmente en los informes y testimonios de los diversos profesionales de otras ciencias intervinientes y la declaración de la víctima, resalta la relevancia del abordaje interdisciplinario de los casos de abuso sexual infantil y la posibilidad de acreditar hechos que transcurrieron muchos años atrás por medio de la declaración testimonial de la víctima.

Finalmente, nos gustaría resaltar el valor reparatorio que ha tenido este proceso penal, dado que al intervenir en este proceso hemos mantenido un contacto permanente y cercano con Sebastián Cuattromo. Después de las dificultades personales que debió superar por la situación traumática vivida, como les ocurre a muchas víctimas de delitos semejantes, de develar y poner en palabras los hechos delictivos sufridos, le resultó reparador participar en el proceso penal y obtener una sentencia justa.

Indudablemente, las víctimas de delitos tan graves necesitan un espacio institucional en donde se sientan escuchadas y puedan, si lo desean, participar activamente en el proceso penal, propugnando obtener una sentencia condenatoria con un castigo proporcional a la gravedad de los hechos sufridos. La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires ha demostrado, una vez más, ser una vía exitosa de acceso a la justicia para los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, y en especial, cuando de derechos de la infancia se trata.